A todos nos ha pasado alguna vez
(astrónomos profesionales o aficionados, profesores) hablamos de nuestro
interés por los cielos y rápidamente nos encontramos participando en un
debate sobre la astrología. Para muchos de nosotros es difícil saber
cómo responder educadamente a alguien que se toma en serio esta antigua
superstición.
Saber que la agenda de
Ronald Reagan (presidente de Estados Unidos en la década de los 80) se
elaboraba siguiendo las predicciones de un astrólogo de San Francisco,
supone un nuevo aviso sobre la masiva aceptación de la astrología. Aquí
se presenta una rápida guía con algunas respuestas para contestar a los
argumentos de los astrólogos.
Los principios de la
astrología
La base de la astrología es demasiado
simple: el carácter y el destino de una persona se pueden comprender a
partir de la posición del Sol, la Luna y los planetas en el momento de
su nacimiento. Interpretando la ubicación de estos cuerpos mediante una
carta llamada horóscopo, los astrólogos dicen poder predecir y explicar
el curso de la vida y ayudar a las personas, empresas y naciones en
decisiones de gran importancia.
Aunque todas estas
afirmaciones puedan parecer inverosímiles a quienes saben cuál es la
distancia al Sol, a la Luna o a los planetas, una encuesta de Gallup de
1984 revelaó que el 55% de los adolescentes estadounidenses creían en la
astrología. Y cada día miles de personas de todo el mundo toman
decisiones importantes, decisiones médicas, profesionales o personales
basándose en los consejos de astrólogos o de publicaciones astrológicas.
Los detalles concretos de
sus orígenes se pierden en la antigüedad, pero, por lo menos, tiene
miles de años y aparece en diferentes formas en varias culturas. Surgió
en un momento en que la visión humana del mundo estaba dominada por la
magia y la superstición, cuando la necesidad de comprender los patrones
de la naturaleza tenía a menudo una importancia de vida o muerte.
En aquellos días los
astros parecían dioses o espíritus o, cuando menos, símbolos o
representaciones de personajes divinos que se entretenían jugando a con
la vida de los hombres. En el cielo la gente buscaba ávidamente indicios
sobre los planes que los dioses tenían para ellos.
Visto en este contexto, un sistema
que relacionaba los brillantes planetas y las constelaciones zodiacales
con las preguntas trascendentes de la vida era atractivo y
tranquilizador. Incluso hoy, a pesar de los esfuerzos realizados en
educación científica, no ha disminuido la influencia que la astrología
tiene para mucha gente. Para ellos, pensar en Venus como un mundo
desierto, cubierto de nubes y tan caliente como un horno es mucho menos
atractivo que considerarlo como una ayuda para decidir con quién
casarse.
Diez preguntas
embarazosas
Una buena manera de
empezar a pensar en la perspectiva astrológica, es darle una mirada
escéptica y con humor a las consecuencias lógicas de algunas de sus
afirmaciones.
Aquí están mis diez preguntas
favoritas para hacerles a los partidarios de la astrología:
1. ¿Cuál es la
probabilidad de que a una doceava parte de la humanidad le suceda lo
mismo en un día?.
Los que escriben las
predicciones astrológicas en los periódicos (sólo en Estados Unidos
aparecen más de 1200 predicciones diarias) afirman que uno puede saber
lo que le va a suceder en el día con sólo leer uno de los doce párrafos
de predicciones antes de salir de casa. Una división sencilla nos
muestra que tal afirmación implica que casi 600 millones de personas
deberían pasar un día similar, cada uno de los días del año.
Como hay que contentar a
tanta gente a la vez, las predicciones astrológicas se redactan de la
forma más vaga y genérica posible.
2. ¿Por qué es crucial para
la astrología el momento del nacimiento y no el de la concepción?
Hay quienes creen que la astrología
es científica porque se basa en un dato exacto: la fecha de nacimiento.
Cuando la astrología comenzó hace mucho tiempo, el momento del
nacimiento se consideraba como el instante mágico en la creación de la
vida. Hoy, sin embargo, entendemos que el nacimiento no es más que la
culminación de nueve meses de desarrollo en el interior del útero.
Además, los científicos sostienen que muchos aspectos de la personalidad
del niño se desarrollan antes del nacimiento.
Sospecho que los motivos
por los cuales los astrólogos aún le dan importancia al momento del
nacimiento poco tienen que ver con la “teoría” astrológica. Todo el
mundo sabe cuándo nació, pero es difícil (y tal vez algo embarazoso)
preguntar por la fecha de la concepción.
3. Si el vientre de la madre puede mantener alejadas las influencias
astrológicas hasta el nacimiento, ¿podríamos hacer lo mismo con un
cubículo de carne?
Si tales fuerzas poderosas emanan de
los cielos, ¿por qué son inhibidas antes del nacimiento mediante un
delgado escudo de músculo, carne y piel? Y, si realmente lo hacen, y el
horóscopo potencial del bebé no es satisfactorio, ¿podríamos retrasar la
acción de las influencias astrológicas de inmediato rodeando al recién
nacido con un delgado cubículo de carne hasta que los signos celestes
sean más propicios?
4. Si los astrólogos son tan
buenos como dicen ¿por qué no son ricos?
Unos responden diciendo
que no pueden predecir acontecimientos concretos, sólo tendencias
generales. Otros dicen que sólo pueden predecir grandes acontecimientos,
no los pequeños. Incluso en este caso los astrólogos podrían ser
multimillonarios prediciendo las tendencias generales de comportamiento
de las bolsas y así no tendrían por qué cobrar a sus clientes tarifas
tan elevadas.¿Cuántos astrólogos predijeron el Lunes Negro de octubre de
1987 en la bolsa de Nueva York y le advirtieron a sus clientes?
5. ¿Son incorrectos los horóscopos hechos antes del descubrimiento de
los tres planetas exteriores?
Algunos astrólogos
afirman que el signo solar (la posición del Sol en el zodíaco en el
momento del nacimiento), utilizado en la mayoría de los horóscopos de
los periódicos exclusivamente, es una guía insuficiente de los efectos
del cosmos. Estos practicantes “serios” (generalmente aquellos que se
han perdido el lucrativo negocio de escribir en los diarios) insisten en
que hay que tener en cuenta la influencia de todos los cuerpos mayores
del sistema solar, incluyendo los planetas exteriores: Urano, Neptuno y
Plutón, que no fueron descubiertos hasta 1781, 1846 y 1930,
respectivamente.
En tal caso, ¿qué pasa con los
astrólogos que afirman que su práctica ha dado lugar a predicciones
exactas durante muchos siglos? ¿Acaso no son erróneos todos los
horóscopos elaborados antes de 1930? ¿Por qué las inexactitudes de los
antiguos horóscopos no llevaron a los astrólogos a deducir la existencia
de Urano, Neptuno y Plutón antes de que los astrónomos los descubrieran?
6. ¿Podríamos acusar a la
astrología de ser intolerante?
En una sociedad civilizada deploramos
cualquier sistema que discrimine a las personas por su sexo, color de
piel, religión, nacionalidad o cualquier otra circunstancia de su
nacimiento. Hoy los astrólogos presumen de que pueden valorar a las
personas basándose en otra circunstancia de su nacimiento: la posición
de los astros. Negarse a salir con alguien por ser de de Leo o no querer
contratar a alguien porque es de Virgo, ¿no es tan malo como negarse a
salir con un católico o no querer contratar a una persona de color?
7. ¿Por qué diferentes escuelas de astrología mantienen opiniones tan
distantes entre sí?
Los astrólogos discrepan
en los temas más fundamentales de su disciplina: si hay que tener en
cuenta o no el movimiento de precesión del eje de rotación de la Tierra,
cuántos planetas y objetos celestes hay que tener en cuenta y, lo más
importante, qué rasgo de la personalidad está asociado con cada fenómeno
cósmico. Lea diez columnas de astrología diferentes, o pida a diez
astrólogos una lectura, y probablemente obtendrá diez interpretaciones
distintas.
Si la astrología es una ciencia, como
afirman sus defensores, ¿por qué sus practicantes no convergen en una
teoría de consenso después de miles de años de recopilación de datos y
de mejora de su interpretación? Las ideas científicas, en general,
confluyen con el tiempo, a medida que se contrastan en el laboratorio o
con otras evidencias. Por el contrario, los sistemas basados en la
superstición o en las creencias personales tienden a separarse ya que
sus practicantes cavan nichos separados mientras luchan por poder,
dinero o prestigio.
8. Si la influencia astrológica se transmite mediante una fuerza
conocida, ¿por qué predomina la de los planetas?
Si los efectos de la
astrología pueden atribuirse a la gravedad, las fuerzas de las mareas o
el magnetismo (cada escuela astrológica invoca uno diferente), entonces
un estudiante inicial de física puede hacer los cálculos necesarios para
ver lo que realmente afecta a un bebé recién nacido. Roger Culver y
Philip Ianna, en su libro “Astrology: true or false’”(1), analizan
algunos. Por ejemplo, el obstetra que ayuda en el parto ejerce una
atracción gravitatoria unas seis veces la de Marte y unos dos billones
de veces la fuerza de las mareas. ¡El médico tiene una masa mucho menor
que el planeta rojo, pero está muchísimo más cerca del niño!.
9. Si la influencia
astrológica se ejerce a través de una fuerza desconocida ¿por qué es
independiente de la
distancia?
Todas las fuerzas de largo alcance
del Universo son más débiles cuanto más nos alejamos del objeto que la
crea. Pero, como era de esperar en un sistema geocéntrico elaborado hace
miles de años, las influencias astrológicas no dependen de la distancia.
La importancia de Marte en tu horóscopo es la misma si el planeta está
al mismo lado del Sol que la Tierra que si Marte se encuentra al otro
lado del Sol. Una fuerza que no dependiera de la distancia sería un
descubrimiento revolucionario.
10. ¿Si las influencias
astrológicas no dependen de la distancia ¿por qué no hay astrología de
las estrellas, de las galaxias o de los cuásares?
El astrónomo francés
Jean-Claude Pecker ha señalado que los astrólogos parecen muy cortos de
vista al limitar sus predicciones sólo a nuestro sistema solar. Hay
billones de cuerpos celestes que se mueven por el Universo cuyos efectos
deberían sumarse al de nuestros pequeñitos Sol, Luna y planetas. El
cliente que recibe un horóscopo en el que se omiten los efectos de
Rigel, el púlsar del Cangrejo, o la Galaxia de Andrómeda, ¿está
realmente obteniendo una lectura completa?
Poniendo a prueba a la
astrología
Incluso si les otorgamos
a los astrólogos el beneficio de la duda sobre todas estas cuestiones
–aceptar que las influencias astrológicas pueden existir fuera de
nuestra comprensión actual del universo– hay un punto final devastador:
la astrología sencillamente no funciona. Muchos estudios han demostrado
que, a pesar de lo que dicen, los astrólogos realmente no pueden
predecir nada.
Después de todo, no necesitamos saber
cómo funciona algo para decidir si funciona o no. Durante las dos
últimas décadas, mientras los astrólogos se mostraban demasiado ocupados
como para validar estadísticamente su trabajo, algunos científicos y
estadísticos lo han hecho por ellos. Vamos a considerar algunos estudios
representativos.
Bernard Silverman,
psicólogo de la Universidad de Michigan, revisó las fechas de nacimiento
de los 2978 matrimonios y 478 divorcios. La mayoría de los astrólogos
dicen que pueden predecir la compatibilidad o incompatibilidad personal
entre signos del zodiaco. Silverman comparó las predicciones con los
registros y no encontró ninguna correlación: los ‘signos incompatibles’
se divorciaban en una proporción similar a la de los ‘signos
compatibles’.
Muchos astrólogos
insisten en que signo zodiacal de una persona está fuertemente
relacionado con la elección de una profesión. En efecto, el
asesoramiento laboral es una función importante de la astrología
moderna. El físico John McGervey, de la Case Western Reserve University
analizó las biografías y fechas de nacimiento de unos 6.000 políticos y
de 17.000 científicos para ver si estos profesionales se agrupaban en
ciertos signos, tal como predicen los astrólogos. Encontró que los
signos de ambos grupos estaban distribuidos completamente al azar.
Para vencer la objeción
de los astrólogos de que hacen falta más datos que el signo del zodiaco
para hacer predicciones, el físico Shawn Carlson, del Lawrence Berkeley
Laboratory, llevó a cabo un ingenioso experimento. Pidió a un grupo de
voluntarios que dieran los datos necesarios para elaborar su horóscopo
completo. También se les pidió que hicieran el ‘California Personality
Inventory’, un cuestionario psicológico estándar que utiliza el mismo
tipo de términos genéricos descriptivos que utilizan los astrólogos.
Una "respetada"
organización astrológica elaboró los horóscopos de los voluntarios y a
cada uno de los 28 astrólogos profesionales, que previamente habían
avalado el procedimiento, le era enviado un horóscopo y tres perfiles de
personalidad, uno de los cuales pertenecía al sujeto del horóscopo. Su
tarea consistía en interpretar el horóscopo y seleccionar a cuál de los
tres perfiles correspondía.
Aunque los astrólogos
habían predicho que iban a obtener resultados mejores que el 50 por
ciento de aciertos, su puntuación real en 116 ensayos fue de sólo el 34
por ciento de aciertos, ¡justo lo que uno esperaría por puro azar!.
Carlson publicó sus resultados el 5 de diciembre de 1985 en la revista
Nature, ante el desconcierto de la comunidad astrológica.
Otras pruebas muestran
que poco importa lo que dice el horóscopo, siempre y cuando el sujeto
sienta que las interpretaciones fueron hechas personalmente para él.
Hace unos años, el estadístico francés Michel Gauquelin envió a 150
personas el horóscopo de uno de los peores asesinos de la historia
francesa y, haciéndoles creer que fue hecho para cada uno, les preguntó
qué tanto se sentían reflejados. Noventa y cuatro por ciento de los
participantes dijeron reconocerse en la descripción.
Geoffrey Dean, un investigador
australiano que ha llevado a cabo pruebas exhaustivas sobre la
astrología, manipuló las predicciones astrológicas de 22 personas,
sustituyendo ciertas frases por otras que significaban justamente lo
contrario de lo que en realidad decía el horóscopo. El grado de acierto
era idéntico (95% de los casos) tanto para los que habían recibido su
horóscopo intacto como para los que se les había cambiado frases. Parece
que los que consultan a los astrólogos buscan orientación, cualquier
orientación.
Hace algún tiempo los
astrónomos Culver y Ianna hicieron un seguimiento de las predicciones
publicadas por astrólogos reconocidos y organizaciones astrológicas
durante cinco años. De las más de 3.000 predicciones específicas
(incluyendo a muchos políticos, estrellas de cine y otras personas
famosas), sólo el 10 por ciento se cumplió. Reportero veteranos –o
posiblemente cualquier lector de la revista– podría haberlo hecho mejor
mediante estimaciones razonadas.
Si las estrellas conducen
a los astrólogos a predicciones incorrectas 9 de cada 10 veces,
difícilmente pueden ser guías confiables para las decisiones de la vida
y asuntos de estado. Aún así para millones de personas, incluyendo a
Nancy Reagan (2), no hay nada como la astrología.
Evidentemente, quienes amamos la
astronomía no podemos esperar que la fascinación del público por la
astrología simplemente desaparezca. Debemos hablar -siempre que sea útil
o apropiado- para discutir las deficiencias de la astrología y los
principios inestables en los que se basa. Aquellos que trabajan con
jóvenes pueden usar estas ideas para desarrollar un escepticismo
saludable en los estudiantes y fomentar el interés por el cosmos real,
el de los mundos remotos y los soles que no tiene nada que ver con las
vidas y los deseos de los habitantes del planeta Tierra.. No permitamos
que otra generación de jóvenes crezca atada a una antigua fantasía,
restos de una época en la que nos apretujábamos alrededor de una
hoguera, asustados por la oscuridad de la noche.
(1) “Astrology: true
or false’”, de Roger Culver y Philip Ianna (1988, Prometeus Books).
La traducción española es “Astrología: ¿mito o realidad?” (Tikal
ediciones, Gerona, 1994).
(2) El interés de Nancy
Reagan (esposa del ex-presidente Ronald Reagan) en la astrología no
tiene precedentes, excepto un número reciente de Ladies 'Home Journal,
en el que la señora Eleanor Roosevelt responde a una pregunta con
respecto a la astrología de una manera que es prácticamente un respaldo
de la llamada "astrología científica".
Presentación de la Jumbología
Una buena manera de hacer que la gente piense acerca de la
validez de la astrología es sugerir una "ciencia" similar
que no esté tan cargada de tradición e historia. Me gustaría
pedir a la gente que considerase la nueva ciencia de
jumbología,
que sostiene que las posiciones de los aviones jumbo de todo
el mundo en el momento en que una persona nace afectan a su
personalidad y a su destino.
Para optimizar al máximo una lectura
jumbológica,
un
jumbólogo
profesional debe analizar cuidadosamente la disposición de
los jumbos de todo el mundo. Un ordenador le ayudará a
conseguir los y organizar los datos . ¡La
jumbología
debe ser una disciplina científica!.
Pero incluso cuando su carta
jumbológica
esté terminada, un profano será incapaz de interpretarla. Se
necesitan años de entrenamiento para interpretar el gráfico
correctamente. Por ejemplo, ante un agrupamiento de los
aviones sobre el aeropuerto O'Hare de Chicago, será
necesario un exhaustivo estudio por parte de un
jumbólogo
experto, para conocer su influencia sobre la vida amorosa
del sujeto.
A medida que los oyentes empiezan a reírse de lo absurdo de
este ejemplo, usted puede decirles que lo que hace es
divertido. Alguien seguramente le pregunte por qué las
posiciones de esas cosas en el cielo deben tener nada que
ver con nuestras vidas.
|
Andrew Fraknoi
es profesor de
Astronomía
en el Foothill College
(California).
Cuando se publicó este
artículo,, era director ejecutivo
de la Astronomical
Society of the Pacific,
puesto que ocupó entre
1978 y 1992.
Ha sido editor de la
revista Mercury y del boletín informativo
para profesores The
Universe in the Classroom. |