Las constelaciones, un
poco de historia.
No se conoce con
exactitud el lugar y el momento en que fue concebido el primer sistema
de constelaciones. Parece desprenderse de textos cuneiformes y de
objetos recuperados de la civilización del valle de Eufrates, que las
constelaciones de Leo (el León),
Taurus (el Toro) y
Scorpius (el Escorpión) ya eran conocidas hacia el año 4000 antes de
Jesucristo.
En las poesías de Homero
(siglo IX antes de Jesucristo) y de Aratus (siglo lll antes de
Jesucristo) ya se nace mención al sistema de constelaciones.
Los babilonios, más de
trece siglos antes de Jesucristo ya habían instituido las constelaciones
zodiacales, como el zodíaco actual, el de los babilonios empezaba por
Aries, siguiendo por el
Toro, los
Gemelos, el
Escorpión y el
Sagitario alado de dos cabezas. Posteriormente
se incluyeron la Balanza y los restantes. El nombre de
zodíaco
procede de que la mayoría de las constelaciones que figuran en él
representan animales.
Probablemente Hacia el
siglo V antes de Jesucristo, tanto en Babilonia como en Grecia, fue
identificada la eclíptica (el camino que sigue el Sol y los planetas a
través de la esfera celeste en el curso de un año. Ya en el siglo ll,
Ptolomeo catalogó 1022 estrellas agrupadas en 48 constelaciones. En
épocas posteriores los catálogos se ampliaron y el número de
constelaciones fue aumentando, sobre todo debido al mayor número de
viajes que los navegantes efectuaban al Hemisferio Sur. Bayer publicó en
1603 un atlas que contenía 12 nuevas constelaciones visibles desde dicho
Hemisferio. Posteriormente, en 1624, Hevelius cartografió otras tres
más, y así se fue completando poco a poco el mapa celeste Hasta mediados
del siglo XVlll, en que quedó prácticamente como está ahora, con un
total de 88 constelaciones.
La clasificación actual
de las constelaciones es la admitida por la Unión Astronómica
Internacional en 1930.
Qué son las
constelaciones.
Cuando se observa el
firmamento a simple vista, en una noche de atmósfera transparente y
oscuridad total, se puede apreciar unas 2500 estrellas.
En las antiguas
civilizaciones se creía que existía una relación total entre las
estrellas que formaban las figuras de las constelaciones. Actualmente se
sabe que esto no es necesariamente así, y que la inmensa mayoría de las
veces todo responde a un efecto óptico de posición, pudiendo estar unas
estrellas muy próximas a nosotros y otras muy lejanas. De todos modos,
siempre ha existido la necesidad de clasificar las estrellas y asociar a
cada una de ellas con una sola constelación.
Desde la antigüedad, las diferentes
culturas trazaron líneas inexistentes que unían ciertas estrellas,
formando figuras imaginarias a las que dieron nombre y que son las
constelaciones, las cuales representaban personajes mitológicos, objetos
comunes, animales, etc.
La gente no usaba relojes y se
guiaba por el Sol y las estrellas para saber en que punto del día se
encontraban, para orientarse, para conocer las distintas estaciones,
etc., repercutiendo todo ello en sus costumbres cotidianas. Era
importante especialmente para saber la mejor época para la siembra y la
recolecta en el campo, del cual vivía todo el mundo. El conocimiento de
las constelaciones ofrecía una eficaz ayuda en la orientación a viajeros
y navegantes. Todo esto hacía más fácil identificar estrellas en el
cielo, saber la hora, orientarse, al tiempo que permitía transmitir
mejor su conocimiento de generación en generación.
IZQUIERDA: La constelación
de la Osa Mayor y la figura que representa según la mitología.
CENTRO: La perspectiva para un observador terrestre muestra como
estrellas, independientes entre sí, pueden formar las figuras de las
constelaciones. DERECHA: Movimiento propio de las estrellas que
forman el carro de la Osa Mayor. Puede apreciarse que la figura que
vemos hoy es algo circunstancial.
Obviamente, que unas estrellas
unidas por líneas imaginarias formen la figura de una constelación, no
significa que mantengan ninguna relación física entre sí. De hecho, en
la mayoría de los casos todo se debe a un efecto de simple perspectiva.
Las estrellas de una constelación están a diferentes distancias de
nosotros, y se mueven en direcciones diferentes y a velocidades
distintas.
Debido al movimiento de
traslación terrestre alrededor del Sol, éste queda proyectado sobre las
constelaciones del fondo y sigue un camino repetitivo que se denomina
eclíptica. La franja o banda del cielo de unos 18° de anchura que
tiene en su centro a la eclíptica, se conoce como el zodíaco, y
las constelaciones que se encuentran en esa franja son las
constelaciones zodiacales.
Dentro de esa franja de cielo se
mueve no sólo el Sol, sino también la Luna y los planetas, dado que
todos ellos se mueven en planos orbitales muy parecidos. La franja del
zodíaco se dividió así en 12 partes iguales, correspondiendo a cada una
de ellas un
"signo del zodíaco".
Según la astrología, cada individuo pertenece al signo que
"aloja"
al Sol
en el momento en que nace.
Es decir, que si hoy el Sol está en Aries, los nacidos en el día de hoy
pertenecen al signo de Aries.
¿Qué es Ofiuco?. ¿Por qué
es zodiacal?.
Por mucho que la prensa se empeñe, la constelación de Ofiuco
no es un invento nuevo, ni mucho menos un "descubrimiento".
Está cartografiada desde
hace siglos, como se
ve las ilustraciones que acompaña a este artículo (observe la figura
humana con la serpiente junto a la balanza).
Reproducción parcial del
mapa del firmamento del Astronomicum
Caesareum de Petrus Apianus,
Ingolstadt, 1540.
Se aprecia a Ophiuchus (Ofiuco) junto a la Balanza
(Libra).
|
El firmamento de Boeck zee-kaardt
de Johannes Van Keulen,
Ámsterdam, 1709. Bajo el nombre de Septentarius
se representa
a Ofiuco como un hombre con una serpiente arrollada al
cuerpo. |
Todas las constelaciones
tienen un nombre latino que es el que se utiliza internacionalmente (Scorpius
es el Escorpión,
Aquarius es Acuario,
Libra es la Balanza,
Pegasus es Pegaso,
Ursa Major es la Osa Mayor, etc).
Ophiuchus es el nombre latino de la constelación de Ofiuco.
También se la conocía en la antigüedad como
Serpentarius (el
Serpentario), y así aparece cartografiada en muchos atlas celestes
a3ntiguos.
La representación de
Ofiuco es de una serpiente enroscada en el cuerpo de un hombre. Ofiuco,
en la mitología, suele ser identificado con Asclepio, el primer médico y
cirujano, que acompañó a los Argonautas. Curó a enfermos con tal
eficacia que Plutón se preocupó del declive de inmigración al infierno y
convenció a Zeus para que arrojara un trueno a Asclepio y lo puso entre
las constelaciones.
Todavía hoy la medicina y la
farmacia se representan con una serpiente arrollada a un poste o
columna, quizá debido a la asociación del desprendimiento de la piel del
reptil con la renovación de la vida. La denominación de Serpentario
resulta una palabra inusitada en castellano, ya que no hace referencia
al domador de serpientes, sino al que utiliza su ponzoña como poción
curativa.
Como ya se ha dicho, el
zodíaco abarca una franja de 18° de anchura centrada en la eclíptica
(línea que recorre el sol). Si fuéramos estrictos, encontraríamos hasta
24 constelaciones que en mayor o menor parte pertenecen a la zona
zodiacal, a lo largo de la cual deambulan todos los planetas hasta
Neptuno. Si tenemos en cuenta a Plutón esa franja se ampliaría hasta el
triple, incluyendo aún más constelaciones. En la época de florecimiento
de la astrología, el último planeta conocido era Saturno, los
descubrimientos de Urano y Neptuno hicieron que los astrólogos asumieran
estos planetas con cierta dificultad, y aún así Plutón les incomodó más
todavía.
Por donde se resquebraja
la astrología.
Al dividir la franja del
zodíaco en 12 partes iguales se ignora la realidad, ya que el período
durante el cual el Sol se encuentra en un signo determinado no se
corresponde bien con el tiempo durante el cual se encuentra en la
verdadera constelación de ese nombre. La razón de ello es que las
constelaciones
no
tienen todas la misma anchura ni están uniformemente espaciadas.
Mapa celeste en el que se
aprecia a Ofiuco situado entre Escorpio y Sagitario. La línea roja,
denominada
“eclíptica” señala el
recorrido del Sol a lo largo de semanas. Obsérvese que el Sol no
permanece durante
el mismo tiempo en cada
constelación. Atraviesa Escorpio en 7 días, Ofiuco en 18 y Sagitario en
32.
Como todo proviene de las
figuras mitológicas, los tamaños son distintos. Es inmensamente mayor la
figura de Sagitario
(mitad caballo, mitad arquero) que la modesta
balanza que representa Libra. De hecho, el Sol está en
Sagitario 32 días, y sólo 23 en
Libra. También es
inmensamente mayor Virgo (en la cual el Sol está 45 días) que
Aries (en la cual el Sol sólo permanece 25 días).
Ofiuco, por
ejemplo, es mayor que
Escorpión (el Sol está 18 días en el
primero y sólo 7 en el segundo. Sorprendente ¿verdad?. Resulta que
Ofiuco es más
zodiacal que Escorpión
y que éstos últimos son una minoría, ya que ese signo abarca solamente
una semana de cada año.
El movimiento circular del
eje de la Tierra se denomina
precesión y es comparable al del eje de
esta peonza.
Si observamos el
movimiento de una peonza (ver la ilustración) notaremos que, además de
su giro, su eje se balancea describiendo una circunferencia. Exactamente
lo mismo ocurre con la Tierra, cuyo eje se halla inclinado. Gira sobre
sí misma en un día, y su eje completa una circunferencia cada 26000 años
en un movimiento denominado precesión. Ello provoca que el polo celeste
se mueve lenta pero incesantemente, siendo apreciable cuando se habla de
siglos.
Así por ejemplo, la gran
pirámide de Kheops se construyó orientando su pasadizo principal hacia
la estrella Thuban (la estrella alfa de la constelación del
Dragón) que en aquella época era la estrella polar. Del mismo modo,
nuestra actual estrella polar dejará de serlo con el paso del tiempo por
causa de la precesión,
hacia el año 10000 la polar será
Deneb
(la estrella alfa de la constelación del
Cisne)
y en el año 14000 lo será Vega (la estrella alfa de
la constelación de la Lira).
Recorrido del polo celeste
con el paso de los siglos. Los años se indican en el círculo central.
En el año 3.000 aC el polo estaba junto a Thuban, que era la
polar de aquella época.
Actualmente está junto a la que llamamos
Polar. En el futuro estará junto a
Deneb y Vega.
(Adaptado de Wikimedia Commons).
Ello afecta a todos los
sistemas de coordenadas, por lo cual los astrónomos cambian su sistema
de coordenadas cada 50 años para adaptarlo a la realidad.
eso es algo que la
astrología aún no ha hecho nunca.
También por efecto de la
precesión, actualmente el equinoccio de primavera ya no está en
Aries, sino en
Piscis, y dentro de mil años estará en
Acuario, siguiendo su recorrido por todo el zodíaco. Esto es algo de
lo que los astrólogos hacen caso omiso.
La precesión
provoca que hayan cambiado las fechas en las que el Sol recorre cada una
de las constelaciones del zodíaco, lo cual motiva que
no esté situado en absoluto
en el signo que se indica en los horóscopos
de las revistas. Actualmente, la diferencia entre el signo del zodiaco y
la constelación en que realmente se encuentra el Sol es de 30 grados
(unas
60 veces el diámetro de la Luna llena).
Así por ejemplo: ¿nació
Ud. el 15 de Septiembre?. Entonces siempre le dijeron que era
Virgo
ya que el Sol se encontraba en ese signo. Falso, el Sol el 15 de
Septiembre está en Leo. Si nació el 8 de Junio, el ser
Géminis
es anecdótico puesto que ese día el sol se halla en
Tauro.
Signo |
Fechas
astrología |
Fechas
astronomía |
Núm. días |
Acuario |
21 ene / 19 feb |
16 feb / 11 mar |
24 |
Piscis |
20 feb / 20 mar |
12 mar / 18 abr |
38 |
Aries |
21 mar / 20 abr |
19 abr / 13 may |
25 |
Tauro |
21 abr / 21 may |
14 may / 19 jun |
37 |
Géminis |
22 may / 21 jun |
20 jun / 20 jul |
31 |
Cáncer |
22 jun / 22 jul |
21 jul / 9 ago |
20 |
Leo |
23 jul / 23 ago |
10 ago / 15 sep |
37 |
Virgo |
24 ago / 23 sep |
16 sep / 30 oct |
45 |
Libra |
24 sep / 23 oct |
31 oct / 22 nov |
23 |
Escorpión |
24 oct / 22 nov |
23 nov / 29 nov |
7 |
Ofiuco |
|
30 nov / 17 dic |
18 |
Sagitario |
23 nov / 21 dic |
18 dic / 18 ene |
32 |
Capricornio |
22 dic / 20 ene |
19 ene / 15 feb |
28 |
De todos modos, las fechas
astronómicas varían cada año. No todos los años en las mismas fechas y
horas comienzan las estaciones. Ello se debe a que el año civil dura 365
ó 366 días, mientras que el año astronómico dura 365,2422 días. Tras un
año bisiesto, las estaciones empiezan antes, y van retrasándose 6 horas
de año en año, hasta que un nuevo año bisiesto compensa la desviación.
Nadie debe
escandalizarse. Quisiera recalcar que esto no son invenciones ni
suposiciones, sino
hechos objetivos que
cualquier escéptico puede comprobar por sí mismo con sólo levantar la
vista y observar el firmamento.
Hace relativamente poco
tiempo, alguien nacido un 23 de Septiembre (día del equinoccio de otoño)
me preguntaba por su signo, ya que según unos horóscopos u otros era
Virgo o Libra. El equinoccio no siempre se produce a la misma hora e,
incluso, algunos años se produce el 22 de Septiembre en lugar del 23.
Este problema es extensivo al equinoccio de primavera y a los solsticios
de verano e invierno (las estaciones no siempre comienzan a las mismas
horas todos los años).
Por lo tanto, las
discordancias entre los horóscopos se hacen patentes. Compruebe Ud. el
21 de Junio (día del solsticio de verano) si el Sol está en Cáncer como
dicen los astrólogos. Se sorprenderá de ver que en realidad está en
Géminis.
¿Por qué todo esto sale
ahora a la luz?.
Los
astrónomos
(científicos que estudian los astros y sus fenómenos físicos) y los
astrólogos (aquellos que dicen predecir nuestro futuro con la
posición de los astros), siempre han sido dos colectivos enfrentados.
Los
astrónomos
siempre han intentado hacer ver a la gente que las predicciones de la
astrología no tienen ninguna base científica. Sin embargo, a muchos
les inquietaba que en Estados Unidos, durante el mandato de Ronald
Reagan (de 1981 a 1989), su opinión era claramente condicionada por Nacy
Reagan, su mujer, que ejercía una notable influencia sobre el
mandatario. Pero esa inquietud se amplificó cuando se supo que Nancy
Reagan consultaba casi a diario cuestiones de estado con un astrólogo.
El 3 de septiembre de 1975, un total
de 186 científicos (18 de ellos, premios Nobel)- firmaron un manifiesto
contra la astrología, por iniciativa del astrónomo Bart J. Book, el
divulgador científico Lawrence E. Jerome y el filósofo Paul Kurtz.
El problema empezó a
ser preocupante cuando, hace pocos años, en los Estados Unidos se
comenzó a tener en cuenta el signo zodiacal y la carta astral para
procesos de selección de personal en ciertas multinacionales. A igualdad
de méritos, un inestable Capricornio podía perder su oportunidad
en favor de un metódico Virgo.
Llegados a este punto, la
astronomía alzó su voz de protesta y comenzó a movilizarse. No
podía consentirse que presidentes de empresas, políticos e incluso
estadistas, recurrieran a astrólogos y videntes en busca de consejos.
Además, se pensó que se jugaba con la buena fe de las personas para
mantener un negocio que mueve miles de millones de dólares en todo el
mundo.
En España, más de 250 astrónomos y
astrofísicos suscribieron, en 1990, una
declaración que advertía al público contra las predicciones de los
astrólogos porque «sus principios carecen de fundamento científico».
A pesar de ello, los
astrólogos siguen sin variar sus posturas, por lo cual la astronomía
busca asestar golpes más decisivos. El último de ellos, el propiciado
por la Royal Astronomical Society desde Londres, no consiste en
absoluto en ningún descubrimiento como han dicho algunos medios de
comunicación, sino en
revelar lo que siempre fue
así pero no convenía explicar.
Ello es inadmisible en las puertas del siglo XXI.
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