De izquierda a derecha Juan Fabregat, Luis Rivas, Jorge Gómez y Jaime Busquets en Casinos 80.

Philippe Ralincourt y Joseph Remis montan el T.200 de Juan Fabregat.

Casinos 80

Esta fue la primera edición española. El VI Campo de Verano del GEOS tuvo lugar entre el 8 y el 19 de agosto de 1980. Los participantes en el mismo fueron los siguientes:

Por Francia : Alain Figer (FRG), Pascal Guiraudou (GUI), Edmond Nezry (NZY), Philippe Ralincourt (RAL) y  Josep Remis (RMS). Por Italia : Mino Benucci (BEN), Ennio Poretti (POI) y Stefano Wabnitz (WAB). Por España : Jaime Busquets (BSQ), Juan Fabregat (FBG), Jorge Gómez (GOM) y Luis Rivas (RVS).

Tras cenar sobre las 19,30 horas, nos trasladábamos al campo de observación y preparábamos todos los instrumentos mientras comenzaba a anochecer. 

Stefano Wabnitz y Edmond Nezry observan la montura del T.200 de Luis Rivas	Josep Remis montando el tubo del T.200 de Juan Fabregat	Luis Rivas transporta el tubo de su T.200 de vuelta al refugio donde se guardaba

Las sesiones comenzaban sobre las 22 horas y se alargaban hasta las 6 de la mañana, en que recogíamos el material y nos retirábamos a dormir. Al día siguiente, nos reuníamos de nuevo para comer a las 14,30 horas. Tras la comida tenía lugar la reunión de trabajo en el ayuntamiento. Allí nos dedicamos a analizar las observaciones de la noche anterior y a preparar el programa para la noche siguiente. Al mismo tiempo, dábamos nuestro parte diario a las agencias de prensa y atendíamos a los medios de comunicación que nos llamaban.

El lugar de observación elegido fue una pequeña colina en la partida de la Torreseca, a unos tres kilómetros de la población, con una elevación de 394 metros y horizontes despejados. La climatología nos acompañó con 8 noches despejadas y una en la que pudimos trabajar la mitad. Dos noches estuvieron completamente cubiertas.

La dinámica de las observaciones era minuciosamente preparada de antemano. Se cotejaban las efemérides y se asignaban las distintas variables a cada telescopio en franjas horarias concretas. También se establecía un turno de observación que sería rotatorio durante todo el campo, de modo que cada cual sabía a quien llamar al ocular tras hacer su observación, y sabía quien debía llamarle y donde continuar.

Disponíamos de 4 reflectores, todos de construcción propia, uno de 256 mm, uno de 207 mm, dos de 200 mm, acompañados de dos pequeños refractores de 80 mm, y uno de 68 mm.

El balance de global del campo ascendió a 35.455 observaciones entre los 12 participantes, repartidas del modo siguiente:

Como ejemplo del ritmo de observaciones alcanzado, decir que la noche del 17 de agosto hicimos 8683 medidas, una más  que las 8682 del campo de Chamaloc de 1978, pero en Casinos éramos los 12 observadores frente a los 16 del campo francés. De modo que la media de Chamaloc de 543 medidas por observador, se elevó a 724 en Casinos, lo que constutuyó un nuevo récord mundial.

También la noche del 17 de agosto se batió otro récord mundial, al contabilizar Edmond Nezry un total 1256 medidas en una sola noche.

Algunos de los resultados fueron valorados "in situ", pero la producción científica de estudios derivados de todas estas observaciones vieron la luz en distintas publicaciones durante los siguientes años.

Destacable resultó la repercusión de nuestras actividades en los medios de comunicación. Previamente al comienzo de este campo de observaciones, tuvimos cinco apariciones en la emisora regional de televisión TVE Aitana. Ya durante el desarrollo del campo, todas las tardes éramos requeridos por la agencia EFE para explicarles nuestras actividades.

La radio emitió trece entrevistas que nos hicieron, cinco de ellas de emisión en todo el estado.  También la prensa escrita se hizo eco de nuestra reunión hasta en catorce ocasiones, tanto prensa valenciana como de Madrid y Barcelona.

Por último, destacar el seguimiento por parte de la televisión regional TVE Aitana que, además de entrevistar a Luis Rivas y Juan Fabregat, desplazó hasta Casinos una unidad móvil para filmarnos en el lugar de observación.

La anécdota a este respecto es que vinieron un día, después de comer, con intención de filmar. Nos rogaron que montáramos los instrumentos a plena luz del día y simuláramos estar observando. ¿Os figuráis el cachondeo?. Con el Sol en plena cara señalando como si le indicaras algo en el firmamento a tu compañero, cuando en realidad le estás diciendo "que a gusto estaba ahora descansando con una horchata fresca en lugar de estar haciendo este teatrillo", menos mal que la voz no se grababa.

Podría contar algunas anécdotas más como, por ejemplo, la discusión acalorada en un bar de la población entre Enrique Genovés y alguna paisana de Casinos sobre si el Hombre pisó o no la Luna. O la que protagonicé cuando, en mitad de una de las noches de observación, sobre la una de la madrugada, un vehículo se nos acercaba con sus faros a máxima potencia y salí a cortarle el paso, al tiempo que lanzaba todo tipo de improperios y maldiciones a gritos. En eso bajó del vehículo un individuo que se identificó como escolta del presidente de la Diputación de Valencia, Manuel Girona, que había oído hablar de lo que estábamos haciendo y venía a visitarnos.

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