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Su kit de defensa contra la astrología

Por Andrew Fraknoi

Astronomical Society of the Pacific
Publicado en
SKY & TELESCOPE. agosto 1989 , páginas 146-150

 

 

 

A todos nos ha pasado alguna vez (astrónomos profesionales o aficionados, profesores) hablamos de nuestro interés por los cielos y rápidamente nos encontramos participando en un debate sobre la astrología. Para muchos de nosotros es difícil saber cómo responder educadamente a alguien que se toma en serio esta antigua superstición.

Saber que la agenda de Ronald Reagan (presidente de Estados Unidos en la década de los 80) se elaboraba siguiendo las predicciones de un astrólogo de San Francisco, supone un nuevo aviso sobre la masiva aceptación de la astrología. Aquí se presenta una rápida guía con algunas respuestas para contestar a los argumentos de los astrólogos.

Los principios de la astrología

La base de la astrología es demasiado simple: el carácter y el destino de una persona se pueden comprender a partir de la posición del Sol, la Luna y los planetas en el momento de su nacimiento. Interpretando la ubicación de estos cuerpos mediante una carta llamada horóscopo, los astrólogos dicen poder predecir y explicar el curso de la vida y ayudar a las personas, empresas y naciones en decisiones de gran importancia.

Aunque todas estas afirmaciones puedan parecer inverosímiles a quienes saben cuál es la distancia al Sol, a la Luna o a los planetas, una encuesta de Gallup de 1984 revelaó que el 55% de los adolescentes estadounidenses creían en la astrología. Y cada día miles de personas de todo el mundo toman decisiones importantes, decisiones médicas, profesionales o personales basándose en los consejos de astrólogos o de publicaciones astrológicas.

Los detalles concretos de sus orígenes se pierden en la antigüedad, pero, por lo menos, tiene miles de años y aparece en diferentes formas en varias culturas. Surgió en un momento en que la visión humana del mundo estaba dominada por la magia y la superstición, cuando la necesidad de comprender los patrones de la naturaleza tenía a menudo una importancia de vida o muerte.

En aquellos días los astros parecían dioses o espíritus o, cuando menos, símbolos o representaciones de personajes divinos que se entretenían jugando a con la vida de los hombres. En el cielo la gente buscaba ávidamente indicios sobre los planes que los dioses tenían para ellos.

Visto en este contexto, un sistema que relacionaba los brillantes planetas y las constelaciones zodiacales con las preguntas trascendentes de la vida era atractivo y tranquilizador. Incluso hoy, a pesar de los esfuerzos realizados en educación científica, no ha disminuido la influencia que la astrología tiene para mucha gente. Para ellos, pensar en Venus como un mundo desierto, cubierto de nubes y tan caliente como un horno es mucho menos atractivo que considerarlo como una ayuda para decidir con quién casarse.

Diez preguntas embarazosas

Una buena manera de empezar a pensar en la perspectiva astrológica, es darle una mirada escéptica y con humor a las consecuencias lógicas de algunas de sus afirmaciones.

Aquí están mis diez preguntas favoritas para hacerles a los partidarios de la astrología:

1. ¿Cuál es la probabilidad de que a una doceava parte de la humanidad le suceda lo mismo en un día?.

Los que escriben las predicciones astrológicas en los periódicos (sólo en Estados Unidos aparecen más de 1200 predicciones diarias) afirman que uno puede saber lo que le va a suceder en el día con sólo leer uno de los doce párrafos de predicciones antes de salir de casa. Una división sencilla nos muestra que tal afirmación implica que casi 600 millones de personas deberían pasar un día similar, cada uno de los días del año.

Como hay que contentar a tanta gente a la vez, las predicciones astrológicas se redactan de la forma más vaga y genérica posible.

2. ¿Por qué es crucial para la astrología el momento del nacimiento y no el de la concepción?

Hay quienes creen que la astrología es científica porque se basa en un dato exacto: la fecha de nacimiento. Cuando la astrología comenzó hace mucho tiempo, el momento del nacimiento se consideraba como el instante mágico en la creación de la vida. Hoy, sin embargo, entendemos que el nacimiento no es más que la culminación de nueve meses de desarrollo en el interior del útero. Además, los científicos sostienen que muchos aspectos de la personalidad del niño se desarrollan antes del nacimiento.

Sospecho que los motivos por los cuales los astrólogos aún le dan importancia al momento del nacimiento poco tienen que ver con la “teoría” astrológica. Todo el mundo sabe cuándo nació, pero es difícil (y tal vez algo embarazoso) preguntar por la fecha de la concepción.

3. Si el vientre de la madre puede mantener alejadas las influencias astrológicas hasta el nacimiento, ¿podríamos hacer lo mismo con un cubículo de carne?

Si tales fuerzas poderosas emanan de los cielos, ¿por qué son inhibidas antes del nacimiento mediante un delgado escudo de músculo, carne y piel? Y, si realmente lo hacen, y el horóscopo potencial del bebé no es satisfactorio, ¿podríamos retrasar la acción de las influencias astrológicas de inmediato rodeando al recién nacido con un delgado cubículo de carne hasta que los signos celestes sean más propicios?

4. Si los astrólogos son tan buenos como dicen ¿por qué no son ricos?

Unos responden diciendo que no pueden predecir acontecimientos concretos, sólo tendencias generales. Otros dicen que sólo pueden predecir grandes acontecimientos, no los pequeños. Incluso en este caso los astrólogos podrían ser multimillonarios prediciendo las tendencias generales de comportamiento de las bolsas y así no tendrían por qué cobrar a sus clientes tarifas tan elevadas.¿Cuántos astrólogos predijeron el Lunes Negro de octubre de 1987 en la bolsa de Nueva York y le advirtieron a sus clientes?

5. ¿Son incorrectos los horóscopos hechos antes del descubrimiento de los tres planetas exteriores?

Algunos astrólogos afirman que el signo solar (la posición del Sol en el zodíaco en el momento del nacimiento), utilizado en la mayoría de los horóscopos de los periódicos exclusivamente, es una guía insuficiente de los efectos del cosmos. Estos practicantes “serios” (generalmente aquellos que se han perdido el lucrativo negocio de escribir en los diarios) insisten en que hay que tener en cuenta la influencia de todos los cuerpos mayores del sistema solar, incluyendo los planetas exteriores: Urano, Neptuno y Plutón, que no fueron descubiertos hasta 1781, 1846 y 1930, respectivamente.

En tal caso, ¿qué pasa con los astrólogos que afirman que su práctica ha dado lugar a predicciones exactas durante muchos siglos? ¿Acaso no son erróneos todos los horóscopos elaborados antes de 1930? ¿Por qué las inexactitudes de los antiguos horóscopos no llevaron a los astrólogos a deducir la existencia de Urano, Neptuno y Plutón antes de que los astrónomos los descubrieran?

6. ¿Podríamos acusar a la astrología de ser intolerante?

En una sociedad civilizada deploramos cualquier sistema que discrimine a las personas por su sexo, color de piel, religión, nacionalidad o cualquier otra circunstancia de su nacimiento. Hoy los astrólogos presumen de que pueden valorar a las personas basándose en otra circunstancia de su nacimiento: la posición de los astros. Negarse a salir con alguien por ser de de Leo o no querer contratar a alguien porque es de Virgo, ¿no es tan malo como negarse a salir con un católico o no querer contratar a una persona de color?

7. ¿Por qué diferentes escuelas de astrología mantienen opiniones tan distantes entre sí?

Los astrólogos discrepan en los temas más fundamentales de su disciplina: si hay que tener en cuenta o no el movimiento de precesión del eje de rotación de la Tierra, cuántos planetas y objetos celestes hay que tener en cuenta y, lo más importante, qué rasgo de la personalidad está asociado con cada fenómeno cósmico. Lea diez columnas de astrología diferentes, o pida a diez astrólogos una lectura, y probablemente obtendrá diez interpretaciones distintas.

Si la astrología es una ciencia, como afirman sus defensores, ¿por qué sus practicantes no convergen en una teoría de consenso después de miles de años de recopilación de datos y de mejora de su interpretación? Las ideas científicas, en general, confluyen con el tiempo, a medida que se contrastan en el laboratorio o con otras evidencias. Por el contrario, los sistemas basados en la superstición o en las creencias personales tienden a separarse ya que sus practicantes cavan nichos separados mientras luchan por poder, dinero o prestigio.

8. Si la influencia astrológica se transmite mediante una fuerza conocida, ¿por qué predomina la de los planetas?

Si los efectos de la astrología pueden atribuirse a la gravedad, las fuerzas de las mareas o el magnetismo (cada escuela astrológica invoca uno diferente), entonces un estudiante inicial de física puede hacer los cálculos necesarios para ver lo que realmente afecta a un bebé recién nacido. Roger Culver y Philip Ianna, en su libro “Astrology: true or false’”(1), analizan algunos. Por ejemplo, el obstetra que ayuda en el parto ejerce una atracción gravitatoria unas seis veces la de Marte y unos dos billones de veces la fuerza de las mareas. ¡El médico tiene una masa mucho menor que el planeta rojo, pero está muchísimo más cerca del niño!.

9. Si la influencia astrológica se ejerce a través de una fuerza desconocida ¿por qué es independiente de la distancia?

Todas las fuerzas de largo alcance del Universo son más débiles cuanto más nos alejamos del objeto que la crea. Pero, como era de esperar en un sistema geocéntrico elaborado hace miles de años, las influencias astrológicas no dependen de la distancia. La importancia de Marte en tu horóscopo es la misma si el planeta está al mismo lado del Sol que la Tierra que si Marte se encuentra al otro lado del Sol. Una fuerza que no dependiera de la distancia sería un descubrimiento revolucionario.

10. ¿Si las influencias astrológicas no dependen de la distancia ¿por qué no hay astrología de las estrellas, de las galaxias o de los cuásares?

El astrónomo francés Jean-Claude Pecker ha señalado que los astrólogos parecen muy cortos de vista al limitar sus predicciones sólo a nuestro sistema solar. Hay billones de cuerpos celestes que se mueven por el Universo cuyos efectos deberían sumarse al de nuestros pequeñitos Sol, Luna y planetas. El cliente que recibe un horóscopo en el que se omiten los efectos de Rigel, el púlsar del Cangrejo, o la Galaxia de Andrómeda, ¿está realmente obteniendo una lectura completa?

Poniendo a prueba a la astrología

Incluso si les otorgamos a los astrólogos el beneficio de la duda sobre todas estas cuestiones –aceptar que las influencias astrológicas pueden existir fuera de nuestra comprensión actual del universo– hay un punto final devastador: la astrología sencillamente no funciona. Muchos estudios han demostrado que, a pesar de lo que dicen, los astrólogos realmente no pueden predecir nada.

Después de todo, no necesitamos saber cómo funciona algo para decidir si funciona o no. Durante las dos últimas décadas, mientras los astrólogos se mostraban demasiado ocupados como para validar estadísticamente su trabajo, algunos científicos y estadísticos lo han hecho por ellos. Vamos a considerar algunos estudios representativos.

Bernard Silverman, psicólogo de la Universidad de Michigan, revisó las fechas de nacimiento de los 2978 matrimonios y 478 divorcios. La mayoría de los astrólogos dicen que pueden predecir la compatibilidad o incompatibilidad personal entre signos del zodiaco. Silverman comparó las predicciones con los registros y no encontró ninguna correlación: los ‘signos incompatibles’ se divorciaban en una proporción similar a la de los ‘signos compatibles’.

Muchos astrólogos insisten en que signo zodiacal de una persona está fuertemente relacionado con la elección de una profesión. En efecto, el asesoramiento laboral es una función importante de la astrología moderna. El físico John McGervey, de la Case Western Reserve University analizó las biografías y fechas de nacimiento de unos 6.000 políticos y de 17.000 científicos para ver si estos profesionales se agrupaban en ciertos signos, tal como predicen los astrólogos. Encontró que los signos de ambos grupos estaban distribuidos completamente al azar.

Para vencer la objeción de los astrólogos de que hacen falta más datos que el signo del zodiaco para hacer predicciones, el físico Shawn Carlson, del Lawrence Berkeley Laboratory, llevó a cabo un ingenioso experimento. Pidió a un grupo de voluntarios que dieran los datos necesarios para elaborar su horóscopo completo. También se les pidió que hicieran el ‘California Personality Inventory’, un cuestionario psicológico estándar que utiliza el mismo tipo de términos genéricos descriptivos que utilizan los astrólogos.

Una "respetada" organización astrológica elaboró los horóscopos de los voluntarios y a cada uno de los 28 astrólogos profesionales, que previamente habían avalado el procedimiento, le era enviado un horóscopo y tres perfiles de personalidad, uno de los cuales pertenecía al sujeto del horóscopo. Su tarea consistía en interpretar el horóscopo y seleccionar a cuál de los tres perfiles correspondía.

Aunque los astrólogos habían predicho que iban a obtener resultados mejores que el 50 por ciento de aciertos, su puntuación real en 116 ensayos fue de sólo el 34 por ciento de aciertos, ¡justo lo que uno esperaría por puro azar!. Carlson publicó sus resultados el 5 de diciembre de 1985 en la revista Nature, ante el desconcierto de la comunidad astrológica.

Otras pruebas muestran que poco importa lo que dice el horóscopo, siempre y cuando el sujeto sienta que las interpretaciones fueron hechas personalmente para él. Hace unos años, el estadístico francés Michel Gauquelin envió a 150 personas el horóscopo de uno de los peores asesinos de la historia francesa y, haciéndoles creer que fue hecho para cada uno, les preguntó qué tanto se sentían reflejados. Noventa y cuatro por ciento de los participantes dijeron reconocerse en la descripción.

Geoffrey Dean, un investigador australiano que ha llevado a cabo pruebas exhaustivas sobre la astrología, manipuló las predicciones astrológicas de 22 personas, sustituyendo ciertas frases por otras que significaban justamente lo contrario de lo que en realidad decía el horóscopo. El grado de acierto era idéntico (95% de los casos) tanto para los que habían recibido su horóscopo intacto como para los que se les había cambiado frases. Parece que los que consultan a los astrólogos buscan orientación, cualquier orientación.

Hace algún tiempo los astrónomos Culver y Ianna hicieron un seguimiento de las predicciones publicadas por astrólogos reconocidos y organizaciones astrológicas durante cinco años. De las más de 3.000 predicciones específicas (incluyendo a muchos políticos, estrellas de cine y otras personas famosas), sólo el 10 por ciento se cumplió. Reportero veteranos –o posiblemente cualquier lector de la revista– podría haberlo hecho mejor mediante estimaciones razonadas.

Si las estrellas conducen a los astrólogos a predicciones incorrectas 9 de cada 10 veces, difícilmente pueden ser guías confiables para las decisiones de la vida y asuntos de estado. Aún así para millones de personas, incluyendo a Nancy Reagan (2), no hay nada como la astrología.

Evidentemente, quienes amamos la astronomía no podemos esperar que la fascinación del público por la astrología simplemente desaparezca. Debemos hablar -siempre que sea útil o apropiado- para discutir las deficiencias de la astrología y los principios inestables en los que se basa. Aquellos que trabajan con jóvenes pueden usar estas ideas para desarrollar un escepticismo saludable en los estudiantes y fomentar el interés por el cosmos real, el de los mundos remotos y los soles que no tiene nada que ver con las vidas y los deseos de los habitantes del planeta Tierra.. No permitamos que otra generación de jóvenes crezca atada a una antigua fantasía, restos de una época en la que nos apretujábamos alrededor de una hoguera, asustados por la oscuridad de la noche.

 


(1) “Astrology: true or false’”, de Roger Culver y Philip Ianna (1988, Prometeus Books). La traducción española es “Astrología: ¿mito o realidad?” (Tikal ediciones, Gerona, 1994).

(2) El interés de Nancy Reagan (esposa del ex-presidente Ronald Reagan) en la astrología no tiene precedentes, excepto un número reciente de Ladies 'Home Journal, en el que la señora Eleanor Roosevelt responde a una pregunta con respecto a la astrología de una manera que es prácticamente un respaldo de la llamada "astrología científica".

 

Presentación de la Jumbología

Una buena manera de hacer que la gente piense acerca de la validez de la astrología es sugerir una "ciencia" similar que no esté tan cargada de tradición e historia. Me gustaría pedir a la gente que considerase la nueva ciencia de jumbología, que sostiene que las posiciones de los aviones jumbo de todo el mundo en el momento en que una persona nace afectan a su personalidad y a su destino.

Para optimizar al máximo una lectura jumbológica, un jumbólogo profesional debe analizar cuidadosamente la disposición de los jumbos de todo el mundo. Un ordenador le ayudará a conseguir los y organizar los datos . ¡La jumbología debe ser una disciplina científica!.

Pero incluso cuando su carta jumbológica esté terminada, un profano será incapaz de interpretarla. Se necesitan años de entrenamiento para interpretar el gráfico correctamente. Por ejemplo, ante un agrupamiento de los aviones sobre el aeropuerto O'Hare de Chicago, será necesario un exhaustivo estudio por parte de un jumbólogo experto, para conocer su influencia sobre la vida amorosa del sujeto.

A medida que los oyentes empiezan a reírse de lo absurdo de este ejemplo, usted puede decirles que lo que hace es divertido. Alguien seguramente le pregunte por qué las posiciones de esas cosas en el cielo deben tener nada que ver con nuestras vidas.

 

Andrew Fraknoi es profesor de Astronomía

en el Foothill College (California).

Cuando se publicó este artículo,, era director ejecutivo

de la Astronomical Society of the Pacific,

puesto que ocupó entre 1978 y 1992.

Ha sido editor de la revista Mercury y del boletín informativo

para profesores The Universe in the Classroom.